Una vez más, en la tienda en línea, está disponible un nuevo kit de edición limitada. Esta vez es muy especial porque lleva un pequeño regalo sorpresa de Japón. He decidido llamar a este kit con el nombre de uno de mis lugares favoritos de Tokio: el parque Inokashira, ubicado en Kichijoji, un pequeño barrio a las afueras del centro donde paso la mayor parte de mis días en Japón y donde tengo la suerte de vivir cada vez que voy.
Si hay un lugar que conozco bien en Tokio, es ese barrio. No importa los meses que pasen porque siempre hay algo nuevo que ver y visitar, pero también, por desgracia, siempre hay algo favorito que se va. Así es Tokio, todo cambia demasiado rápido.
Desde mi primer viaje a Japón hasta el día de hoy, siento algo especial en ese parque. Es genial porque a cualquier hora es interesante pasear por él. Por las mañanas, salir a correr es genial porque ves muchos abuelitos paseando sus perros. Y cuando llevas meses, te saludas con ellos porque te ven cada mañana, y es muy fácil reconocer a un extranjero. Hay un abuelo que siempre veo con su gato, y cada vez que lo paro para decirle buenos días, me pasa al gato para que lo tome en brazos y me da conversación. Al principio no entendía nada de lo que me decía, pero año a año entiendo un poco más y podemos charlar. Siempre pienso que se acordará de mí, pero es como siempre, una primera vez.
Por las noches y en épocas festivas, el parque se llena de vida. Algunos salen con instrumentos y se hacen pequeños grupos alrededor de la música. Kichijoji es un barrio familiar y de jóvenes, así que durante los fines de semana hay espectáculos para niños y adultos. El parque se llena de personas que van a hacer picnic, personas que duermen una siesta, abuelos y jóvenes que dibujan.
Para mí, es un lugar de relajo donde puedes pasar el tiempo escuchando el sonido de los pájaros en medio de la gran ciudad. Una de las cosas que más me gusta del parque es pasear en los botes con forma de cisne con mis amigos. Siempre es divertido porque generalmente a todos se nos da fatal conducir el bote y siempre chocamos con la gente o te chocan. Cuando recién pillas el truco, ya es hora de volver y entregar el cisne a sus dueños. Siempre, a pesar de que apenas podemos seguir pedaleando del dolor de piernas, nos lo pasamos muy bien.
Nota importante: si estáis leyendo este post y tenéis pensado visitar Japón con vuestro novio y pensáis que sería lindo ir al parque y navegar en un cisne juntos, tened cuidado porque el lago está maldito. Cuenta la leyenda que la diosa Benzaiten lo maldijo para que cada pareja mientras remen en el lago y miren al sol, la relación se termine para siempre. Me encantan las leyendas urbanas de Tokio porque si estás indeciso si seguir o no con tu relación, siempre tienes un buen motivo si quieres romper con alguien. No eres tú, ni soy yo, fue la maldición ¡jajaja!
Para mí, ese parque está cargado de buenos recuerdos, de alegrías hasta momentos de mucha tristeza. Siempre siento algo de nostalgia al regresar y me emociono como un abuelito que vuelve a su lugar de infancia a ver que todo sigue igual.
Después de hablar tanto del parque, siento ganas de regresar ya. Así que el siguiente post será un bonus track de imágenes, y como hoy ya es viernes, ¡os deseo un feliz fin de semana!
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